Distinguir un ojo normal de uno con glaucoma y evaluar su
seguimiento mediante el mapa de espesores en la tomografía de coherencia óptica
(OCT).
Las nuevas tecnologías nos permiten detectar mediante un
sistema de láser el glaucoma cuando empieza a desarrollarse de forma muy
precoz, distinguiendo los pacientes afectados de la población normal. Detecta
cuando se han perdido las primeras células.
Si hubiera afección, en
exploraciones sucesivas nos indica si ha avanzado o está estable.
También nos ayuda en enfermedades neurológicas.
Por lo que esta alta tecnología se ha convertido en un
instrumento imprescindible en las clínicas oftalmológicas más avanzadas.
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